Un nuevo dia amanece en los Alpes. Esta vez madrugamos más para evitar el calor y para rodar sin ninguna prisa. Tendremos que atravesar Grenoble y no queremos que nos pille atasco en la circunvalación a medio día. Aun así no nos libramos :-P
Además, la ruta de hoy tiene mucha carretera de montaña y el ritmo será más lento. La ruta, de unos 250 kms, podéis verla aquí.
Con la moto cagada, echamos una última ojeada al hotel al que -curiosamente- se accede por la planta 3, donde está la recepción :-O
Y el hotel por la zona delantera, la que da a la carretera general que atraviesa el pueblo.
Vamos para allá! Primero el Col du Télégraphe y luego el Col du Galibier.
Un presagio de la gran cantidad de ciclistas que nos encontraremos.
Lástima que baje tan poco agua. Se ve que en otras ocasiones el cauce era bastante mayor.
Si os fijáis, en los cruces con poca visibilidad hay espejos para poder ver si vienen vehículos por algún otro acceso al mismo. Y no están rotos!En ese salimos nosotros. En pequeñito, pero salimos :-P
Buah, qué pasada de carretera.
Yendo en coche o moto estos carteles no tienen mucho sentido, pero en bicicleta tienen que ser de gran ayuda. Menudo desnivel…
Este buen hombre iba sudando tinta.
De vez en cuando, una horquilla para ir cambiando el lado al que dejamos la montaña.
Increíble la capacidad de superación del ser humano… El que no sube es porque no quiere.
Y llegamos a la cima de este pequeño puerto, casi sin darnos cuenta. Son sólo unos 1400 metros.
Había unas curiosas estatuas hechas de paja.
Pues sí que tienen su curro las figuritas…
Retomamos nuestro camino, que nos llevará a Valloire.
Esta iglesia tiene pinta de poder soportar bombadeos :-P
En el pueblo debía haber alguna concentración de clásicos.
Próximo destino, Col du Galibier.
A la salida del pueblo, una pequeña gruta que tenía pinta de ser un santuario o una capilla.
También había una gran cantidad de anuncioas de rutas en todoterreno y quad. Aquí cada loco, con su tema.
Y el que no, con su deportivo :-)
Continuamos la subida sin tráfico.
Estos contenedores están cada poco tiempo. Idóneos para que los ciclistas puedan tirar las botellas de agua sin guarrear el entorno. En la pegatina que está sobre la madera indica la distancia al siguiente. Está bastante bien pensado :D
Ya no hay árboles, sólo hierba y rocas.
Tras un brece rellano empiezan subidas dignas de titanes. Las pintadas en el suelo son una prueba más de la tradición ciclista.
No tardamos mucho en ver muy pequeños los coches del parking por el que hemos pasado hace escasos minutos.
Con estas curvas, los coches se ven obligados a ir bastante despacio.
Y las roulotes ni te cuento. La pasamos sin mayor problema en cuanto llegamos a una zona de visibilidad.
En la ladera de la montaña se pueden ver, tímidas, el nombre de la zona «Valloire» sobre una zona verde. Lástima que al ir en marcha sea tan complicado operar con el zoom :-(
Este buen mozo tiene que ir pasando las de Caín…
Nos giramos y admiramos la carretera por la que acabamos de subir.
Podemos pasar por un túnel, que juraría que estaba regulado por un semáforo. Nosotros para el Col ;-)
Así también yo paso por el puerto :-P
La subida es realmente dura. En este último tramo la cosa se pone muy pina.
Cuando sea mayor yo también quiero uno de estos :-P
Esos ojillos! Obligada foto con la señalización de la cima del puerto. El Col du Galibier tiene, según la Wikipedia, 2645 metros. Parece que el que puso la señal no piensa lo mismo :-P
Tenemos que hacernos con un trípode de esos pequños para poder salir los dos en la foto. Bueno, los tres, que la moto también tiene derecho.
No nos quitamos ni el casco. Corre una brisa bastante fresca, así que mejor estar resguardados.
Empezamos la bajada con una pendiente de «sólo» el 12% :-O
Allá vamos, qué buena pinta tienen esas curvas.
El asfalto está impecable, de veras. La carretera no es muy ancha, pero como no hay tráfico podemos usar parte del carril contrario para trazar cuando la visibilidad lo permite.
Como hay visibilidad plena, se pueden preveer las trazadas con antelación para disfrutar de la conducción, de la carretera y del paisaje.
Esperemos que a esas vacas no les de por tirar para acá xD
El final del valle parece estar ahí a lo lejos. Nos recuerda a la bajada de Furkapass, pero menos verde y más «terroso»
Nos cruzamos con más locos como nosotros, que saludan educadamente.
Esa edificación es la coronación del Col de Lautaret que es, como el Col du Telegraphe, un puerto intermedio para acceder al Col du Galibier.
Parece ser que este puerto fue modelado por un glaciar. Qué cosas.
Y, como no, la señal con la altitud de 2058 metros.
Ponemos rumbo dirección Grenoble para pasar por otro gran puerto: el Alpe D’Huez.
Aquí la carretera es revirada, pero no de montaña pura como la que acabamos de pasar.
Aprovechamos que no tenemos tráfico para aligerar el ritmo.
Como pasa en muchos pueblos suizos, el entorno de las villas está muy cuidado: flores, adornos, limpio… Una delicia.
Eso sí, seguimos escoltados por las montañas, esas inseparables compañeras de viaje.
Llevamos ya casi hora y media de ruta, así que paramos a refrescarnos un poco y aprovechamos a llenar el tanque. Cuando pasamos a pagar a la caseta vemos que tienen colgado un mapa con relieve en la pared. Nos acercamos y vemos una carreterilla que se adentra en la montaña que acaba en un sitio que parece llamarse Deux Alpes. Así que decidimos desviarnos un poco, que tiene buena pinta.
Por ahí detrás tendremos que meternos XD
Esta carretera, la D1091, es una delicia. A un lado la montaña y al otro el río. Eso sí, como te vayas un poco hacia la derecha te comes las rocas ¬_¬
Y, en ocasiones, hay que atravesar la montaña.
Al lado, el Lac du Chambon, de 1.4 km² de superficie.
Nos desviamos hacia Deux Alpes, donde la carretera tiene una pinta estupenda :-)
Tras unas cuantas horquillas, llegamos a lo que parece ser parte del complejo de esquí. Nosotros nos los hemos dejado en casa, así que tiramos para arriba ;-)
Hay que ver lo que le gusta a esta gente lo de poner telesillas por encima de las carreteras.
Como en otros puertos, las curvas están señalizadas con un número.
Ese coche desde ahí parecía un radar camuflado :D
La carretera no deja de serpentear.
Una vez más, el asfalto está muy bien.
y llegamos a la cima, al complejo turístico completamente dedicado al esquí en invierno, y a deportes tipo trekking en verano.
En la zona alta no hay tampoco nada que ver. Hacemos la pirula y damos la vuelta :-P
Gran descubrimiento esta carretera ;-)
Ya, de vuelta en la D1019, nos vamos para el Alpe d’Huez, que está sólo a 27 kilómetros.
Nos desplazamos por la sinuosa carretera con montaña a ambos lados.
Al poco nos encontramos con una recta (raro, verdad? :-P ) en la que nos hace señales un motociclista. Ojo avizor vemos a un coche con un radar en sentido contrario. Aminoramos un poco la marcha y en el desvío hacia Alpe d’Huez a la altura de Le Bourg-d’Oisans vemos que hay unos cuantos coches patrulla. Nosotros a lo nuestro. Y comenzamos a subir el famoso puerto alpino.
Mientras otros admiran el paisaje tranquilamente.
Mmmmm… Un motorista con chaleco amarillo flourescente y un cámara. Aquí hay algo!
Efectivamente, había una carrera ciclista con el tráfico abierto :-O
Las tornantes, señalizadas y los contenedores que vimos hace unos kilómetros. Vamos por la 15 :-)
Ojo la altura a la que empieza la curva y a la que acaba.
Por el retrovisor se ve ésto. Bueno, más o menos :-P
La conducción es ejemplar. Dejan mucha distancia, no agobian a los ciclistas…
Había coches de varias nacionalidades: holandesa, inglesa, alemanes, italianos… Vamos, que no eran cuatro colegas que se habían juntado para subir el puerto.
Motos de la organización por todos lados.
Y llegamos al pueblo arriba del todo. Vamos a salir en la tele XD
Aunque no se vea muy bien, es la número 1 de las 21 (creo) que tiene la carretera. No está nada mal.
¿Hemos ganado? :-P
En la cima paramos a ver el ambiente y a beber agua. Hace un sol de justicia, aunque a la sombra corre un poco de aire. Y para abajo otra vez. 12 kilómetros de disfrute ^_^
El pueblo tiene otra entrada, a la que se accede por una carretera que está al lado de donde estaba situada la cámara de hace escasa líneas más arriba (D211F). Pues tiramos, a ver qué nos encontramos ;-)
Mmmm, vamos a tirar por aquí, que tiene apunta maneras.
Por esa estrecha carretera (D211B) llegamos a Villard-Reculas.
¿Esto qué es? ¿Una chicane? XD
Decidimos continuar por esta ruta alternativa, que pasa a llamarse D44B.
Y ponemos rumbo a Grenoble, donde tenemos hotel reservado de la noche anterior.
A partir de aquí la carrera pierde el encanto que tenían las vías que hemos recorrido. También hay que decir que hay bastante tráfico, camiones y que -poco a poco- nos vamos saliendo de la zona montañosa.
Atravesamos Grenoble con bastante tráfico y más calor del deseado. Pero bueno, llegamos a la hora de comer (española XD) al hotel en el que estuvimos el segundo día. 29€ reservado por booking.com.
Descargamos los bártulos en menos que canta un gallo y comemos en un «parquecito» que tiene detrás. Ducha y minisiesta para poner rumbo a Grenoble con ropa más de calle para recorrer los escasos 20 kilómetros que nos separan.
Entramos por la zona suroeste.
No tiene mala pinta la ciudad :-)
Con casi 160.000 habitantes, es muy famosa por su vida universitaria.
Nos ponemos a callejear un poco con la moto para ver cómo es la ciudad un poco por encima.
Aparcamos próximos a la zona centro, que tiene una parte peatonal bastante chula. En lo que andamos (cargados con casco y cazadora… qué mal lo llevo) nos empieza a entrar hambre, así que nos decidimos por un sitio bastante normalito.
Despliegue de artículos motociclísticos incluídos.
Con el ansia que traemos, nos ponemos a comer sin hacer una foto a la comida: una ¿raclette? y una señora ensalada que estaban de vicio. Ambas a medias. Foto en el momento del cambio de platos ;-)
Acabada la cena, continuamos nuestro periplo por la ciudad gala acercándonos poco a poco a donde habíamos aparcado.
Se pone a chispear muy muy suavemente. Los chubasqueros se han quedado en el hotel… FAIL XD
Tiramos hacia la moto para irnos al hotel (recordad, a 20 kilómetros). Mientras salimos de Grenoble, la lluvia nos da una tregua y se escapa alguna gotilla. Pues arreando, que es gerundio. Según nos acercábamos a Moirans, íba lloviendo más y más progresivamente. Finalmente llegamos a nuestro alojamiento habiéndonos mojado muy poco. Las rodillas y poco más. La cazadora está mojada por fuera pero no ha calado nada. Bah, si eran 20 kilómetros de nada :-P
A dormir, que mañana toca un mix de culturilla y moto!