Nos levantamos un poco inquietos porque ayer vimos que iba a llover de manera intermitente. Hoy vamos a visitar la ciudad de Ginebra y el CERN! Por fuera, no hemos solicitado la visita ni nada. La ruta que hicimos fue más o menos ésta. Aunque a la vuelta nos metimos por unas carreteras que no recordamos muy bién cuáles eran.
Como tenía el botón del pantalón descosido, la ministra saca un kit de viaje de costura y en un pispás…
Vestidos de semi-moto, nos salimos del hotel. Vemos que no somos los únicos que viajamos en dos ruedas.
Hasta Ginebra tenemos un buen tramo todavía.
Llegamos a la frontera, la misma por la que pasamos hace poco más de una semana.
Como llevamos la vignette, vamos a tiro hecho.
Una vez más, ni siquiera ponemos el pie en el suelo.
El CERN está perfectamente indicado :-)
Ya vemos la cúpula del recinto!
Tan ansiada foto con el cartel de entrada ^_^ La gente nos miraba como si fuéramos tontos xD
Tras preguntarle al guardia de la entrada si podemos pasar, nos hace señas de que sí. Pues para dentro.
Las calles son nombres de eminentes cientìficos.
Aunque una capa de pintura, un restiling o algo así no le vendría mal :-P
A cada calle que tomo no puedo evitar intentar recordar las contribuciones que hizo. Ni de coña, claro, muchos los he tenido que mirar en casa :-P
Me gustaría saber para qué se usa la torre esa…
Vámonos, que si no me encadeno :-)
Y hacemos un poco el tonto, faltaría más.
Peligro, se pone a llover… Hemos traído los chubasqueros, pero nos arruinaría un poco el día de visita.
Con el cielo encapotado y ligera llovizna, ponemos rumbo al famoso Jet d’Eau.
Cruzamos el Pont du Mont-Blanc.
Como es de costumbre en las grandes ciudades suizas, se respira un ambiente de… de… de pasta !
Aunque también hay medios de transporte «humildes»
Callejeamos para intentar acercarnos al famoso chorro vertical de agua.
Me encanta ese aspecto turístico de la R1100RT (aunque mejor la R1150RT :-P ).
Y llegamos al famoso chorro que escupe 500 litros por segundo :-O
Que llega nada más y nada menos a 140 metros de altura.
Se pone a chispear de nuevo y decidimos ir a la estación de tren, donde la aparcaremos la moto y dejaremos en una taquilla los bártulos. Así podremos recorrer la ciudad libres de cargas ;-)
Perfectamente indicada la estación de Cornavin.
Los semáforos de esta ciudad son un tanto peculiares. No sabemos la razón, pero duraban en rojo bastante tiempo y en verde bastante poco. En uno de ellos, rodeados por el escuadrón del servicio postal XD
Llegamos a la estación y se pone a llover más. Y empieza la odisea. Nos metemos derechos al aparcamiento subterráneo, que tenía su entrada en la plaza principal. Estaba en obras y caía bastante agua como para no ir con impermeables. Aparte de la señal de altura, no vemos ninguna otra. Bueno, pues llegamos a la barrera, pulsamos el botón para que nos dé el ticket y no se abre. Le damos más, movemos la moto para ver si los sensores del suelo la detectan, le volvemos a dar… y nada ¬_¬ Giro la cabeza y hay un cartel de prohibido motos! Dentro! Y qué hacemos? Pues nada, nos pegamos a la barrera y dejamos que el coche de detrás avance un poco (un BMW serie cinco nuevecito) y le dé al botón. Se abre la barrera y tiramos. Dejamos la moto en un lado y nos vamos a preguntar al de la taquilla, para comentarles la jugada y que, evidentemente, no queremos tener problemas para pagar y esas cosas, que abonamos la cuota como un coche y ya está. Pues el «buen» hombre nos dice que no, que no podemos dejar la moto. Le decimos que es una moto grande y que está lloviendo… Pues nada, le digo que cómo lo hacemos para salir, que la tarjeta se la ha quedado -como es normal- el coche que ha abierto la barrera. Me dice que no hay problema, que está atento para cuando llame por el interfono.
Para fuera otra vez ¬_¬ Lloviendo, así que salimos escopetados y dejamos la moto como podemos a escasos metros de la salida del aparcamiento mientras escampa un poco. Nosotros, refugiados en una marquesina. A los pocos minutos deja de jarrear y nos montamos para buscar un sitio mejor y no entre las bicis. Aparcamos dos calles más allá y para la estación de nuevo para dejar las cosas en las taquillas y hacernos con un mapa de la ciudad en la oficina de turismo.
Ya liberados, ponemos rumbo al lago. Los temores de más lluvias dejarían paso a un día caluroso :-!
Las nubes han dado paso al sol abrasador.
Yo estoy asado, no sé cómo lo hago XD
Y posado con iglesia al fondo.
Comemos en la zona arbolada de la Quai du Mont-Blanc, con el lago de frente. Hoy no hemos hecho el tonto mucho, así que toca un poco de ración de estupidez :D
Menudo paseo chulo tienen montado los genoveses.
Menudo puente más cutre! Ale, para atrás otra vez.
Pasamos por el Square des Alpes, que tiene en su interior el Monumento Brunswick, que es un mausoleo neo gótico construído a finales del siglo XIX. Es una réplica del mausoleo de Scaligeri de Verona (s. XIV). Bonito es un rato.
El Rhone tiene muchos puentes que comunica ambas partes de la ciudad. Al fondo se puede ver el Pont de la Machine.
Al otro lado podemos ver la Ile Rousseau, donde se encuentra una estatua en homenaje al filósofo.
Poco a poco vamos cruzando por el Pont des Bergues.
Ya en el otro lado, recorremos una calle comercial que, ni fu ni fa. Eso sí, bien pensada al estar cerrada al tráfico motorizado: sólo bicicletas y transporte público.
Artistas callejeros hay en todos lados. Además, le da vidilla a la ciudad :-)
En la Place de la Madeleine nos encontramos con esta joya: Honda CBX1000.
Y amortiguadores trasero Öhlins. Ahí es nada.
Como curiosidad adicional, era de las pocas pocas motos que había con antirrobo.
Subimos por la Rue de la Fontaine, hacia el casco antiguo.
Hasta el parque/mirador Terrasse Agrippa-d’Aubigné, que lleva el nombre de un famoso poeta, soldado y escritor francés.
Salimos bordeando la catedral protestante de Saint-Pierre de Geneve.
No sin pararnos a observar cualquier recóndito lugar :-)
El color del cimborrio, verde típico del ¿oxido del bronce?
Y llegamos a la entrada principal. Ese puntito malva me suena :D
Esta foto no se ha colado, está hecha a otra foto en el interior de la catedral.
Púlpito, para los discursos y esas cosas :-P
También hay sitio para los que quieran cantar.
No recuerdo quién era el buen mozo de blanco…
Nave central desde el altar principal.
Blablabla, iglesia reformista, blablabla…
Seguimos paseando por el interior de la ciudad.
La famosa Ducati Diavel, un híbrido entre naked, custom, street fighter…
Aunque creo que le daría más uso a este otra BMW K1200GT ;-)
Ya en la Place du Bourg de Four, los toldos tapan lo que se cuela entre los frondosos árboles.
Y de nuevo para abajo nos encontramos con la sede de la policía.
Y poco más abajo, con el palacio de justicia.
Y ya casi en el lago, los edificios no dejan de perder su encanto.
Esta preciosidad estaba aparcada, como veis, sin ningún tipo de cepo. Atención lo que se ve en la zona interior de la cúpula, «detras» del faro. Es el regulador de los puños calefactables… en una Ducati 916! :-O
Qué mítico el Citroën CX!
Un amigo tiene uno como este. Es impresionante lo que anda y lo que se agarra.
Ojo cartel azul arriba a la derecha… Caixa Galicia!
Parada para retratar la Eglise Anglaise «Holy Trinity».
Construída a mediados del s. XIX, fue remodelada en 1980.
Nos pasamos por la taquilla para recoger los bártulos y para la moto, que nos quedan 150 kms de vuelta. Llenamos el depósito ya de nuevo en Francia.
5.68 l/100 kms, no está nada mal para haber hecho autovía ligero.
A la altura de Chambéry decidimos meternos por el Parque Regional de Chartreuse. Sin rumbo fijo y ya sin batería en la cámara, discurrimos por esa bella zona. Lástima que no hiciésemos fotos :-(
Ya al lado del alojamiento llenamos el depósito de nuevo para dejarlo preparado, que mañana toca madrugar para recorrer unos cuantos kilómetros de tránsito.
Y cenamos en un restaurante cercano, que estamos un poco saturados de comer de sandwich y similares :-P
Nos recogemos pronto, que mañana nos levantamos con el sol :-)
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