Un día más, cargamos en el garaje. Antes hemos desayunado en la habitación del hotel con el pan y algo de embutido. La ruta de hoy, aquí: 300 kms que nos llevarán a pasar por las cataratas del Rhin y nos situará a los pies de los Alpes.
Salimos de Delemont dando una vuelta rápida al pueblo para admirar lo que no pudimos ver por la noche.
Foto tirada a la remanguillé :D
Ya fuera del pueblo, rumbo a Basel. Hace casi hasta un poco de rasca. De hecho, sé de una que salió con el forro polar debajo de la cazadora :-P
Al poco nos adelanta esta preciosidad. Excelente complemento para la carretera.
Nos acompaña unos cuantos kilómetros. Suena a trompetas celestiales. Y hace una conducción sorprendentemente respetuosa…
Bar motero a la derecha, que estaban de obras. Eso sí, que no falte la moto en el techo. Y nuestro amigo amarillo que no se va.
Esta torre tiene que tener más años que el sol…
Como ésta, que parece la misma pero no lo es.
Cruzamos Basel y nos hacemos con la famosa vignette. Creo que son sólo 40 CHF (unos 33 euros). Ahora pisaremos carreteras con el cartel verde sin problema. Aunque el objetivo era no usar estas vías, para enlaces son bastante cómodas.
Ponemos rumbo a las cataratas del Rhin, indicadas como Rheinfall en las proximidades. Pero de momento seguimos las indicaciones hacia Schaffhausen. Y lo hacemos bordeando la frontera germano-suiza.
Bello río el Rhin, de unos 125 kilómetros de longitud. Aquí una de las zonas no más anchas del río. Baja bastante cantidad de agua. Igualito que el Manzanares XD
Cómo apañan las rotondas esta gente.
Paradita para estirar las piernas, que nunca viene mal.
Otro de los múltiples puentes para cruzar de uno a otro lado del río.
Pasamos a Alemania, por decir que hemos pisado el país de las bratwurst y los bretzel :-)
Uno de los múltiples túneles que atravesaremos, rodeado de vegetación. Perfectamente mimetizado.
Y de vuelta al país helvético, del queso y del chocolate.
Llegamos a Neuhausen am Rheinfall, localidad donde están las cataratas del Rhin. A partir de aquí sólo hay que seguir las múltiples indicaciones hacia dicho lugar tan turístico. Imposible perderse.
Aparcamos la moto con las alforjas en uno de los múltiples lugares habilitados para ello. Ni que decir tiene que hay zonas específicas para moto y bici, apartadas de las plazas de coches para evitar golpes (y desperdiciar plazas, todo sea dicho). Ah, y nosotros -a diferencia de los coches- no tenemos que abonar nada por estacionar. Brilliant!
Cuando estoy abajo me doy cuenta de que me he dejado las llaves puestas… OMFG. Salgo corriendo, escaleras arriba, para recuperar el llavero. Llavero que contiene las llaves de la moto, del cepo y de los tres candados que van en las alforjas ¬_¬
La ministra se queda cuidando de los bártulos: cascos, cazadoras y mochila sobredepósito; y aprovecha para ir tirando fotos. Creo que ella hubiera llegado antes a la moto XD
Las cataratas tienen 150 metros de anchura y 23 metros de altura. En los meses de invierno, el caudal medio es de 250 m³/s, mientras que en el verano, el caudal medio es de 700 m³/s. El que quiera saber más, que le de a la Wikipedia :-P
Ha habido suerte, estaba todo en su sitio. Yo ya estoy cansado para todo el día xD La camiseta del Decathlon me ha dado un +5 en velocidad ^_^
Ahora con calma nos dedicamos a lo importante. Abajo a la derecha se puede ver una plataforma desde la que te mojas un poco.
Detalle de la plataforma. Se ve pequeña a la gente, verdad?
Arriba hay otra, no menos espectacular, debe verse la altura de las cataratas. No apta para personas con vértigo.
Detalle de uno de los múltiples barcos turísticos que te dan una vuelta por las aguas y que llevan a las pasarelas de las rocas centrales. Y luego me dicen a mí que si estoy loco por montar en moto :-P
Que se vea que las fotos no las hemos bajado de internet. Camiseta a juego con el paisaje
Volvemos a lo nuestro e intentamos llegar al otro lado. No a nado :-P Una visita al WC y nos refrescamos un poco, que hace ya tiempo que nos despertamos y el sol calienta que da gusto.
La web oficial es ésta: http://www.rheinfall.ch/, por si alguien quiere echarle un ojo.
Bordeamos el pueblo por el norte. Debe ser la hora de comer por aquí, porque no se ve a nadie por la calle. Y el día era bueno.
Bueno, de éstos sí que se ven bastantes
Sí,sí, a Rheinfall vamos…otra vez :-P
Menudas casitas al lado del río.
Llegamos a la otra parte. Y desde el parking a los miradores hay un buen trecho a pata. Así que decidimos darnos la vuelta y continuar nuestro camino. En esto que damos caza a estos bicharracos, que hacían un ruido peculiar.
Tiramos hacia el sur, dirección Zurich. Por la autopista, luciendo nuestra flamante pegatina verde :D Eso sí, según nos acercamos a esta gran ciudad, el tráfico es más y más denso. Y en la circunvalación (de obras) casi la liamos y nos perdemos. Que ya hay que ser zote…
Parada técnica para echar gasolina. Si echamos cuentas, el consumo sale a algo menos de 5 litros…Empiezo a pensar que: o en Suiza soy más cono que de costumbre, o que aquí la gasolina cunde más…
Continuamos a través de los múltiples túneles que atraviesan los numerosos desniveles de la zona. El hambre aprieta y decidimos salirnos para ver si encontramos un sitio chulo para comer.
Corrijo, con «sitio chulo» quiero decir «sitio con sombra» :-P Aquí tienen encanto hasta las farolas.
La moto también descansa. Decir que la pared que está delante de la moto era una especie de mini-santuario donde estaba la imagen de una virgen. Sin cerrar con llave. En plena calle. Y los sotocascos en los espejos retrovisores, secándose al aire. Y es que el calor era ya digno de cualquier zona costera de España.
Detalle del funicular en acción.
Sí, está a tomar por culo de nosotros.Es la líneaque sube por la montaña justo encima de la hilera de farolas.
Hay una que empieza a decir «oye, no es esa montaña a donde vamos a subir, verdad?» Pobrecilla, lo que tiene que aguantar :-)
Gasolineras 24 horas en cualquier sitio. Y torres puntiagudas de las iglesias.
Con la tripa llena, volvemos a lo nuestro.
Pffff, que pongan un par de curvas aunque sea… Iluso de mí, el doble carril por sentido iba a durar bien poco.
Vamos bien, dirección Interlaken. En el cartel de la derecha pone San Gotardo y Flüelapass, creo. El primero lo dejamos para mañana. El segundo para otro año :-(
Este lago es el que está al lado Lungern. A ver si adivináis cómo se llama el lago… Lungersee o Lago Lungersee. Son originales estos suizos :D Y nosotros que nos creemos que es grande…
Comenzamos a subir Brünig Pass.
Las curvas nos saben a gloria después de la zona de autovía.
Tiene poca altura (1008 m), pero dura varios kilómetros.
No hay mucho tráfico, el justo para no agobiarnos.
Vamos bien escoltados por montañas a ambos lados.
Y al que se porta mal, lo tiran al lago :-P
Nosotros, a lo nuestro. A pesar de que el tráfico ha aumentado según vamos subiendo.
Como mola el haz de luz entrando por las nubes.
Tenemos torres anchas y chatas.
Y comenzamos la bajada por el impecable asfalto. En el cruce que se ve abajo a la izquierda ya estaban indicados Grimselpass y Sustenpass :D
Ya a la bajada, vemos el valle en el que se ubica Interlaken. Mola el juego de luz entre las nubes de la izquierda. Nos quedamos boquiabiertos…
Alpes en estado puro. Con los rollos de alfalfa incluidos :-)
Impresionante caída de agua natural por el lado de la montaña.
No todo iban a ser montañas y lagos, también hay una fauna de cuidado :-P
Casi puedo oler esa humedad tan característica.
Empezamos a bordear el lago de la derecha por su cara sur.
Qué narices serán estos edificios… habrá que investigar.
Nos dirigimos hacia el interior entre montañas hacia Grindelwald y el Jungfrau.
Localizado un Migros para hacer la compra. Había un Coop detrás, así que el tema logístico y alimentario parece que lo vamos a tener solucionado.
Son las 16.30 y parece que se ha ido la luz entre las montañas.
Seguimos avanzando por el valle.
Entre que entra poco sol, que la cantidad de vegetación es brutal y que el río baja con agua del glaciar, la temperatura baja un poco.
Río, vía del ferrocarril y carretera juntas
Ya estamos próximos a nuestro destino: Wengen.
Otra caída de agua desde la montaña, al vacío.
Entramos en Lauterbrunnen y sus típicas casas de madera con el techo a dos aguas. O a cuatro ;-)
El agua sigue siendo protagonista de la zona.
Aquí empezamos a mosquearnos. Habíamos puesto la dirección del hotel como destino en el GPS y empieza a decir que nos queda más de una hora, cuando estamos ya al lado. Avanzamos por la carretera/calle y ni rastro del hotel ¬_¬
Llegamos al final (si veis el mapa, es una carretera sin salida) y decidimos preguntar a un autobusero. Nos confirma nuestras peores sospechas: al hotel sólo se puede acceder en un tren o ferrocarril que sube cada media hora (o cada cuarto de hora, no lo recuerdo). Eso significaría dejar la moto abajo y tener que subir cargados con todos los bártulos. Y el coste añadido del transporte. Por no hablar de la restricción de horarios…Mierda. M-I-E-R-D-A. El día anterior reservamos con algo de prisa y no nos dimos cuenta de esta peculiaridad. Posteriormente revisamos el correo electrónico de confirmación de la reserva y lo ponía bien clarito :-( Menudo FAIL
Así que nos damos media vuelta para buscar otro alojamiento.
A partir de aquí, la cámara ya guardada con el foco en buscar alojamiento para los siguientes seis días. Íbamos a establecer el campamento base para visitar la zona «en estrella» durante casi una semana.
Preguntamos en un par de sitios, pero están por encima de 120 CHF la noche en cuanto pidas la habitación con baño y ducha propios (esta era condición inicial del viaje). Unos 100€, que se nos hace demasiado. Recordamos un motel que vimos el día anterior mientras buscábamos; que resulta que también lo vimos de camino. Nos paramos, preguntamos y tienen habitaciones libres. Nos la enseñan y es amplia, aunque bastante vieja y algo destartalada. El precio no está mal, al cambio son unos 60€ No recuerdo la cifra exacta en francos suizos; aunque debería porque no aceptaban pago con tarjeta :-\ Decidimos quedarnos, al menos esa noche. Si no nos convencía, carril. El susodicho es el Luna Motel, en Wildeswil. Las críticas de booking.com son un poco exageradas, aunque no van muy desencaminadas XD
No aceptaban pago con tarjeta, así que me acerqué a un cajero. Descargamos los bártulos y llamamos al hotel al que no iremos para cancelar la reservade seis días. Esa noche nos la van a cobrar, pero les como un poco la oreja para que nos cancelen el resto de días. Menos da una piedra. Y para que luego me diga mi jefe que mi poder de negociación en inglés no es bueno :-P
Nos damos una ducha para salir a dar una vuelta tranquilamente por el pueblo. La luz se va yendo rápidamente y una leve brisa invita a ponerse una manga larga mientras cenamos en una terraza. Con un plato cada uno acabamos llenos. No es especialmente barato, pero para ser Suiza no está mal, salvo por la botella de agua que nos cuesta 8 CHF: 6.6€. Su vieja!
A la cama prontito que mañana será un gran día!
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