Tras tirarse todo la noche lloviendo, el día se levanta nublado. Se ha tirado lloviendo casi toda la noche. Y la pobre se ha tirado toda la noche al descubierto…
Miramos la predicción el día antes y esa misma mañana y vemos que es muy probable que llueva, así que aprovechamos a dejar la moto descansando un día y nos vamos a Berna en tren. Y de paso, descansamos las posaderas. Que es, de lejos, la zona que antes duele y se fatiga. Al menos en esta moto.
La verdad es que podía ponerse a llover en cualquier momento.
Como viene siendo habitual, desayunamos en la terraza del motel las viandas que hemos adquirido en el supermercado. Además de ahorrar pasta (hay que recuperar lo perdido por la cagada del alojamiento de Wengen) podemos cebarnos un poco para empezar el día con fuerzas y agiliza al no tener que buscar una cafetería ni tener que esperar innecesariamente. Veis? el que no se consuela es porque no quiere XDMenuda cara de sobado que llevo. A ver si el embutido, los bollos, el zumo y el café con leche me espabilan
Parece que se despeja un poco. Al menos a las vacas no les importa
Vaya, pues parece que no se despeja XD
Nos dirigimos a la estación de tren de Wilderswil a comprar nuestro billete. La ruta del día es irrelevante, pero aún así la pongo aquí. La cara de sueño aún no se me ha ido!
Como tenemos casi veinte minutos hasta que sale nuestro tren que nos llevará a Interlaken (donde cambiaremos al que nos llevará a Berna), aprovechamos a darnos una vuelta por la zona de la estación.
Este aparcamiento de bicicletas estaba al lado de la estación. Y alguna bicicleta estaba sin atar…
Hoy la fotógrafa tiene descanso. Un merecido descanso :)
Éste es el famoso tren turístico Schynige Platte que da una vuelta por la zona que le da nombre.
Mientras vamos en el tren, poco que hacer. Aquí el billete. Sí, 58.80 CHF por persona la ida y la vuelta. En total 96€, que habrían dado para unos cuantos litros de gasolina. Bueno, así mañana la cogemos con más ganas ;-)
En el trayecto vemos por la ventana que llueve a ratos. Hemos hecho bien en venir en tren, seria un tostón cargar con todo mientras vemos la ciudad.
Llegamos a la estación central de Berna. Tengo que agarrar a la ministra para que no se tire sobre el mostrador.
Nos hacemos con un mapa de la zona más céntrica de la ciudad, que nunca viene mal. Que si esto, que si lo otro… vamos para fuera, leñe!
Nada más salir nos encontramos con un enorme intercambiador de tranvías, bajo la cúpula transparente que se ve a la izquierda. El edificio de la torre con el reloj es una iglesia Holy Ghost.
Seguimos por Spitalgasse y las esculturas en plena calle se repiten.
A los pocos metros nos topamos con el Käfigturm, inicialmente construído en el siglo XIII y reconstruído en el XVII, hizo las veces de puerta y muralla de la ciudad, posteriormente de cárcel, torre de vigilancia…
En esa misma plaza, la Torre de Holanda o Holländerturm al fondo. Era día de mercadillo y, curiosamente, se oia bastante castellano :-OY el tío de detrás qué leches mira!
Data de mediados del siglo XIII y su función era principalmente defensiva.
Lástima de promoción del nuevo Mercedes Clase A que afea la foto. Por no decir que la parte trasera es clavada al Focus :-P
Abajo del todo de la Barenplatz está eledificio de la policía. No está nada mal.
Esta fuente/estatua está al lado de donde está tomada la foto anterior. Es curiosa, una mezcla entre roca, cemento y vegetación.
Volvemos a la calle principal, por ahí hemos venido
Ya detrás del reloj/torre, en Marktgasse, junto a la fuente dedicada a Ana Seiler, la mujer que fundó el primer hospital de Berna.
No estoy cabreado, es que el sol daba de frente y me estaba quedando ciego XD
La decoración de los edificios está muy mimada.
Este foto es digna de la Wikipedia o de una guía de la ciudad (un poquito de modestia nunca viene mal).
La actividad comercial en la zona es bastante alta.
Ya casi hemos llegado a Kornhausplatz. Para ser calles cerradas al tráfico, hay un trasiego considerable. Como no te des prisa en hacer las fotos, se te llevan por delante.
Y llegamos al famoso, emblema de ciuidad Zytglogge.
La admiración que despierta no es poca, la plaza estaba llena! Estos turistas… :-P
Fue puerta de la ciudad hasta 1256, destruido y posteriormente reconstruido. En 1530 se le incorporó su reloj astronómico y su famoso grupo de figuras, que se ponen en marcha cuatro minutos antes de cada hora.
Continuamos por Kramgasse, que estaba vallada debido a que tenían montado un escenario con equipo de música.
Llegamos al Ayuntamiento o Rathaus de la ciudad. Aunque no lo parezca, estaban de obras en las escalinatas.
Son casi las 12 y todo está listo para comer. Ya se sabe, horario europeo.
Nosotros seguimos haciendo el tonto por la ciudad.
Seguimos bajando hasta llegar a Nydeggbrücke, puente que salva el río Aar, afluente del Rhin.
Ese puente más pequeño que se ve más abajo es el Untertorbrücke, de finales del siglo XV
Los de la barca de la derecha parece que no tienen muy clara la dirección del cauce (de izquierda a derecha) XD
El puente es de mediados del siglo XIX y conecta el casco antiguo con la parte nueva de la ciudad. Nosotros nos quedamos en la zona vieja.
Al fondo se ve la torre de la catedral, nuestro próximo destino.
Pero antes de marchar, nos detenemos en el Bärenpark, o «parque de osos». El oso es el símbolo de la ciudad y tienen unos cuantos como atracción.
Parecen calmados y tranquilos…
Pero no me gustaría estar ahí abajo con ellos.
Al menos tienen bastante espacio para moverse, mucho mejor que una jaula ¬_¬
Retomamos nuestro camino siguiendo el curso del río, en dirección contraria a la catedral, para ver qué hay por esa zona.
La parte trasera del Ayuntamiento, bastante tosca.
Al lado del Ayuntamiento está la iglesia de San Pedro y San Pablo.
Este templo es la catedral de la Iglesia Católica Cristiana de Suiza. recordar que aquí, en su mayoría, son protestantes.
La nave central y su vidriera.
Y con esta foto tirada en oblicuo, nos vamos para fuera.
Fue construida entre 1858 y 1864, una época tardía por ser la primera iglesia católica de la ciudad de Berna.
Subimos por la Rathausgasse (traducido es «calle del Ayuntamiento»… se han quebrado la cabeza poniendo nombres XD). Impresionan las grandes pinturas a la interperie.
Que te rajo! Será por navajas!
Decidimos que es hora de comer. Al ver los precios de las terrazas casi se nos quita el hambre :-O Tiramos de hamburguesería de temática yanqui. Y lo pedimos para llevar, pues vemos que mucha gente está comiendo en la calle. Nos dirigimos a un parque que está al final de Cristoffelgasse y allí degustamos nuestras delicatessens. El parque estaba lleno de gente con sus tuppers. Y, ni que decir tiene, no hay ni un papel por el suelo.
Continuamos nuestro vuelta por la zona sur del casco viejo de la ciudad. Avanzamos por Bundesgasse hasta que llegamos a la Bundesplatz. Ya os podéis hacer una idea de qué hay en esta plaza: El banco central de Suiza. Ya podían darnos un par de euretes…
Esta plaza tiene un sistema de chorros de agua que tienen que venir de perlas cuando el calor aprieta. Porque el cielo ya está casi despejado en su totalidad y el calor no es tema baladí. Eso sí, la ministra no se quita el forro, así que no hará tanto calor XD Supongo que en invierno deben vaciar el circuito.
En la misma plaza está el parlamento suizo. El almohadillado de la fachada le da un aspecto duro.
Curioso árbol, situado justo delante del banco suizo. Menudo sombrero te has agenciado :-P
Por esta pasarela se sale al mirador, así que allá que vamos.
Y resultó que se estaban echando una partida de ajedrez en plena calle :-)
Con los árboles no se ve ni el río.
Menudo jefe, echándose la siesta como un campeón.
La llamada de la naturaleza nos hace tomarnos una leve pausa. Los servicios son de pago, creo que 1 CHF por persona. Pero los baños están impolutos. A la salida nos encontramos con éste artilugio. Pero qué tipo de bicicleta es esta?! No sé si será medio eléctrica, un prototipo…
Llegamos a la plaza del Casino/teatro, donde había una manifestación muy tranquila y calmada. Eso sí, no tenemos ni idea de qué reclamaban :-?
Nos metemos un poco más hacia el interior. Las construcciones y la decoración están muy cuidadas.
Y llegamos a la casa de Einstein, donde vivió del 1903 al 1905 cuando estaba empleado en la oficina de patentes. Mientras, trabajaba en la Teoría de la relatividad especial. Se me ponen los pelos como escarpias! (freak que es uno, oiga)
A pocos metros está la majestuosa Münster, catedral reformista de principios del siglo XV.
La verdad es que es bastante grande, a su lado parecemos renacuajos.
Detalle del pórtico que trata la temática del día del juicio.
Aunque la torre es de finales del XIX.
Cómo resistirse a entrar? Ponéos vuestras gafas de pasta :-P
Detalle de la nave central con su bóveda y su vidriera
Las vidrieras de las naves laterales tienen un variado cromatismo que le dan al interior una luminosidad muy viva. Cosa curiosa para los templos de esta época.
El púlpito es de piedra, pero la parte de arriba está tallada en madera. Ahí hay unas cuantas horas de trabajo.
Detalle del órgano, situado -como no- en la parte trasera de la planta.
Y las vidrieras de la girola son una pasada.
En la nave transversal hay una escultura de la pasión. En España estaría entre barrotes y alambrada electrificada.
Bueno, ya está bien de pedanterías. Nos vamos para afuera. En los jardines de la catedral hay unas muy buenas vistas al río.
No me quiero ni imaginar qué pasará cuando el cauce del río suba…
Puente de metal. Y es que tanto rollo religioso saca la bestia que hay en mí.
Aquí tienen que salir unos tomates y unos calabacines de toma pan y moja. En su lugar, tienen plantadas flores, que ni se comen ni nada!
La parte trasera de Münster, con sus pináculos y arbotantes.
Lástima de las obras de restauración de la torre. En fin, para estar guapos hay que sufrir.
Dejamos la catedral (creo que mi profesora de historia de 3º BUP estaría orgullosa) y vemos lo civilizados que son con los aparcamientos de biciclos.
La casa de Einstein por el otro lado de la calle. Menuda cara de susto tengo :-\
Nos pasamos a comprar un poco de embutido. Ojo al jamón «Gusto Español», a 4 CHF los 100 gramos.
Damos la visita a Berna por finalizada. Nos vamos para la estación de tren, donde apenas esperamos para volver a Interlaken-Wilderswil. En el viaje de vuelta vemos a bastante gente con latas de cerveza de las de medio litro. Una persona de uno de un grupo nos ve que estamos mirando mapas y nos pregunta que si somos de España, y que él estuvo unos meses viviendo en España. Hablaba castellano con una locuacidad pasmosa, en parte debido a las cervezas que llevaba encima ^_^ Entre otras cosas, nos recomienda visitar Isenfluh, al lado de donde tenemos el alojamiento. Nos lo apuntamos, no nos defraudó.
Pero eso será otro día ;-)
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